lunes, 23 de noviembre de 2009

Espirando

Esta es una época especial del año para todos los que ordenamos el tiempo bajo el calendario gregoriano.

El final de este único 2009 ya asomó su sombra y es imposible no agregarle alguna evaluación crítica; ya sea bueno, malo o regular, por mencionar los calificativos más pelados y agotados.

El 2009 me encontró en el trabajo, me encontró con preguntas a las que no tenia respuestas, me encontró festejando recibidas, me encontró asumiendo realidades, me encontró despidiendo familiares, me encontró con fuertes emociones familiares y con desencuentros que se transformaron, finalmente, en encuentros.

Lo curioso, es que el año que se termina fue un año bisagra para mi vida y varios de mi entorno. Muchas cosas cambiaron su forma para no volver a ser las mismas, y eso hace que me ponga a pensar con algo de nerviosidad sobre que nos traerá el futuro.

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Se que de este año mi hija tendrá recuerdos imprecisos y difusos (producto de su corta edad), pero recuerdos en fin, que alguna vez la sorprenderán en algún invierno meditando sobre que fue de su familia y que hizo en su época de cuando las preocupaciones mayores eran comer golosinas, tener siempre a mama a la vista y ver “Disney Channel”.

Con respecto a mi mujer, todo fue mágico. Mi mujer me volvió a conocer y yo a ella, y eso incluye un montón de cosas, pero todo se resume en el poder de sus besos y abrazos que tienen en su interior la fuerza descomunal de borrar toda crudeza del mundo. El 2009 fue más emocional que material. Al menos para mí en un primer balance.

No se de que se trata el futuro que viene, la verdad que no lo puedo leer bien, pero quiero la realidad que incluya la certeza de llegar al hogar y que estén ambas dos. La menor con su inconfundible vagabundeo hogareño invariable y la madre con sus eternas iniciativas e hiperactividad, sabiendo que nuestra ficción tiene de todo un poco, dulzuras y amarguras, menos un final. Me gusta pensarnos como historia viva y siempre cambiante.

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Por eso, cuando entre cafés y mates escucho la frase “por dios que termine el año ya” o “que se valla este año puto” con mucho de negatividad encima, pienso por dentro: año yo te inventé a vos, no fue al revés.

P: D: Mi carta a papa Noel consistirá en dos únicas peticiones; progreso familiar y la modificación impostergable y milagrosa de la genética de una criatura cuyos genes parecen estar orientados a la alteración sistemática de todo plan/rutina.

3 comentarios:

  1. Que bueno entrada Nabulio... eso se llama un balance positivo... bien por vos. Me encanto encontre a alguien no quiere que termine el año. te mando un beso y que estes bien..

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  2. Cuando el balance es positivo en lo emocional y humano, es doblemente bueno y por ello hay que agradecer. Si bien en éstos tiempos todo nos lleva a pensar en lo material; tener la certeza de haber crecido personalmente en los afectos y la familia; y sobre todo cuando se tiene la bendición de ésas personitas "que alteran planes y rutinas"; hace que a brindemos por el año que se va!!!...Un cariño.

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  3. Nabulio, me alegro que tu año haya dado un balance tan positivo. Los que quieren que se termine es porque esperan un milagro para el 2010. Es verdad que cada uno crea su año y este no vendrá con nada milagroso, excepto que uno lo espere así.
    Un beso

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